17 de julio de 2010

De un pueblo llamado Navata

Cuatro dias han desde la partida de Ripoll y Joan empeora. Las fiebres lo destrozan por dentro y a veces pierde el conocimiento. Hemos tenido suerte y conseguimos llegar a un pueblo que figura con el nombre de Navata.
Es bastante extraño, en el cruze de caminos que hay justo antes de entrare a la urbe no hay cruz alguna y a un lado del pueblo hay una casa quemada hace bastante tiempo, un hombre dijenos que se quemó hace poco mas de dos años. Por suerte ese hombre tambien nos dijo donde podiamos hayar un medico. El ruido de los pájaros es insoportable, no hay segundo en el que los graznidos de cuervos, grajos y hurracas cesen de darnos batalla a nuestros tímpanos.
Diriginos recto dejando un poco atrás el pueblo y llegamos a una casona que podría ser el mesón del pueblo, ahí preguntamos por Jofre, un hombre barbudo que dejaba atras los cuarenta inviernos. Guiónos hasta su casa, alejada del pueblo y algo entrada en el bosque, donde dejamos a Joan bajo sus cuidados a pesar de las protestas del comerciante.
Debemos llegar a Figueras antes del primero de año, pero no creo que lleguemos a buen término, mañana por la noche será nochevieja y debemos cuidarnos de que el bienhayado joan sobreviva hasta entonces, cosa en la que, muy a mi pesar, no mantengo fe alguna.
Hemos conseguido cobijo en Navata, Carles, un labrador del pueblo, nos ha cedido su casa durante el tiempo que estuvieremos. Bendita ley de Hospicio nobiliario y bendito Xose. Hemos creido adecuado el hacer guardia durante la noche, a mi me tocaba la ultima guardia, pero aquestos, mis valientes guerreros defensores, han sido tocados por morfeo en sus dos guardias, asique no me ha quedado mas remedio que facere yo las guardias en lo que aprobecho para escribire estas breves lineas que ahora mismo podeis leer

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