12 de octubre de 2013

Fragmentos: Jugando la aventura "Susurros"

No tenemos muchos "actual plays" en Aker, y la verdad es que el inicio del blog fue precisamente ese, una campaña de Aquelarre. Por lo que queremos volver a traeros estas historias que tanto nos gustan y la manera en que se ha llevado a cabo las aventuras. Ni que decir tenemos que todo lo que habrá a continuación es un gran "spoiler" de la aventura, por lo que si queréis jugarla lo mejor es que no sigáis leyendo.

Os presento a la familia Weigel, se compone de:
- El padre, Joseph Weigel, un cirujano plástico de renombre en Berlín con su propia clínica. Aunque nada es para siempre, sus problemas empiezan en el mismo quirófano cuando se durmió en medio de una operación dejando una cicatriz un tanto fea a una actriz famosa. El problema se repitió en varias ocasiones hasta que se corrió la voz de manera estrepitosa terminando con su fama por los suelos y viéndose obligado en cerrar la consulta para siempre. Tiene la curiosa afición de coleccionar objetos exóticos y es impotente.
- La madre, Jennefer Weigel, una mujer un tanto especial y coqueta, muy social con la mayoría de la gente, pero en realidad es todo fachada, por dentro no deja de ser la típica mujer adinerada que solo le importa el que dirán de ella y la envidia que la tengan. Su única dedicación es gastarse el dinero que trae su marido (que no es poco), evitando así el ahorro familiar pero consiguiendo un gran estatus para su familia siempre rodeada de la "jet set" en Berlín.
- La hija, Katherine Weigel, una chiquilla brillante en los estudios, de buena forma atlética y bastante "delicadita". Es una niña que su educación se está basando básicamente en el comportamiento de la madre (a la que está fuertemente unida) y sus amigas del club de campo en la "urbanización" de lujo donde viven. Ella es adoptaba y conocedora de ello, pero como siempre, guarda las apariencias de ello.

Nuestro pobre Iván, aka. Jennefer Weigel
Su comportamiento siempre es de guardar las apariencias por muy mal que estén las cosas, les importa todo lo que puedan decir de ellos y mucho más si es negativo. En el matrimonio es puramente fachada puesto que entre ellos nunca han ido bien las cosas, y los puñales vuelan continuamente sin cesar cuando se dirigen la palabra entre ellos.
El problema de la familia empieza con los problemas de Joseph con el control de su sueño y la pérdida de la clínica. La familia se ve envuelta en una pérdida económica agravada con el continuo gasto producido por Jennefer y Katherine. Mas pronto que tarde se meten en un agujero del cual no pueden levantar cabeza llegando a ser desahuciados de la casa y sus pertenencias más valiosas, para poder pagar las deudas. Con lo que en poco tiempo se ven sin ningún tipo de recurso y se ven obligados a solicitar una vivienda social al estado. Este les otorga lo mejor que tienen para una familia así, unas viviendas a unos 30-40 kilómetros de Berlín, unifamiliares con jardín de 2 plantas.
Entonces todo comienza con la familia al completo viajando en autobús en dirección a su nueva vivienda. Es otoño, las hojas empiezan a caer y la humedad empieza a hacerse notar. Se bajan del autobús y comienzan a buscar la calle correcta en la que se ubicarán. Les cuesta un poco puesto que no están familiarizados con el entorno y al llegar se encuentran con un pequeño murete de piedra invadido de una enredadera en su mayor parte y una pequeña reja sin cerrojo, a continuación un pequeño jardín empedrado solo el paso hasta los primeros escalones del porche, este, muestra un ventanal con un banco colgante en su frontal. Toda la casa es de ladrillo visto, aunque esto muestra que la vivienda no es nueva y glamurosa como su anterior techo, pero es lo que hay aunque no por ello dejan de quejarse entre Jennefer y Katherine. En los primeros pasos por el jardín notan la mirada del extraño vecino que les observa entre las raidas cortinas, aunque pasan de él.
Dentro se encuentran con un salón bastante amplio con chimenea televisión y un comedor. En frente encontrarán la cocina ya equipada con los electrodomésticos básicos y el cuarto de las escobas y lavadora. En la misma cocina se encuentra la puerta al acceso posterior del jardín de la casa donde solo habrá un par de árboles frutales y hierba. Subiendo las escaleras que ascienden a la izquierda de la puerta de entrada se puede llegar al pasillo con las puertas a los dormitorios. Estos tienen un mobiliario escueto con lo necesario para vivir. Dos baños ocupan el piso superior, uno en el dormitorio del matrimonio y el segundo que compartirán entre las dos habitaciones restantes.
Lo primero que hace Joseph al entrar es acudir rápidamente a la chimenea, descolgar el plato que la preside en su frontal superior y colgar una extraña máscara africana la cual despierta el malestar de Jennefer y su hija. Katherin se apresura a escoger su cuarto mientras Jennefer quiere conocer la casa. Al llegar al piso de arriba se dan cuenta que algo cuelga del techo resultando ser un desván lleno de trastos. Joseph se encargará de rebuscar en ellos encontrando todas las pertenencias de los antiguos dueños de la vivienda, pero lago extraño hay en ello, porque las pertenencias son bastante personales, incluso la ropa se encuentra allí, no se lo pueden explicar...
En las siguientes horas la familia se dedica a ocupar las habitaciones, deshacer el equipaje y acomodarse en la vivienda como pueden. Jennefer prepara la cena mientras que Katherine coloca la mesa y Joseph llena la casa de sus objetos extraños y grotescos. En medio de la cena comienzan a escuchar lo que parece tratarse de unos sonidos extraños, jurarían que serían susurros, pero Joseph indica que el aire debe colarse por alguna grieta en el desván. Al seguir discutiendo por la calidad de la vivienda, cae la iluminación estrepitosamente hasta quedarse completamente a oscuras. Joseph busca una linterna localizada y justo cuando la va a encender vuelve la luz de manera inmediata, eso no hace más que provocar más quejas aún entre la madre y la hija sobre el lugar.
Una vez terminada la hora de la cena, se disponen a dormir para pasar al sábado y seguir ordenando la casa pues hay mucho trabajo que hacer para que se parezca a lo que los Weigel llaman "un lugar donde vivir". En la mañana siguiente todo ocurre de manera normal, Joseph se dedicará gran parte del día en arreglar el jardín, Katherine se quedará en su cuarto escuchando música mientras lee y Jennefer se encuentra en la cocina llenando el cubo de la fregona (como malamente recuerda que hacía su anterior criada). Una vez arrastrado el cubo hasta el salón, se estira, pero... se da cuenta que el grifo del agua está abierto. Extrañada acude a cerrarlo, al hacerlo se da cuenta el que ahora se encuentra de que la cisterna del baño del piso inferior está en funcionamiento, acude a verla sin ningún resultado esclarecedor. Cuando va a regresar para comenzar su limpieza del salón, comienzan a soltar agua todos los grifos de la casa al unisono. Con lo que apresurada acude a Joseph para preguntarle si él a tocado algo que provoque ese efecto, este lo niega ya que simplemente se encuentra recogiendo las hojas del jardín.
El resto del día transcurre más o menos sin problemas a destacar, llegando a la cena empiezan a escuchar los susurros comentados anteriormente. Jennefer y Joseph siguen el dichoso sonido hasta el desván en el cual aparece un bulto que juran no haberlo visto antes. En el interior se encuentra un pequeño cofre el cual bajan al piso inferior para proceder con su apertura ya que les llama mucho la atención. El cabeza de familia acude a buscar un destornillador que les pueda servir para la apertura del mismo, pero se da cuenta que va a empezar a llover de inmediato cuando nota algunos relámpagos como iluminan todo lo que le rodea. Una vez en el salón fuerza la cerradura abriendo el cofre descubriendo su interior sin antes bromear en la apertura asustando a su hija. Dentro del cofre aguarda una medalla nazi de la compañía médica, eso les extraña mucho, pero no tardan en olvidarse del asunto en cuanto empiezan a llamar a la puerta. Jennefer acude a la apertura cuando un par de relámpagos iluminan una figura extraña pero sin embargo reconocida por ella, ya que se trata de su curioso vecino. Este les insta sin parar el que tienen que marcharse de ese lugar de inmediato y que no puede hablar de lo ocurrido allí... El vecino se retira raudo a su casa y esto les deja bloqueados ya que no se lo esperaban. Cierran la puerta cuando al darse la vuelta, descubren que en el interior de la cocina aparece iluminada por otro nuevo relámpago, una figura humanoide que les mira desde allí. Se trata de lo que parece un niño con unas vestimentas grises raídas, escuálido y completamente calvo. Acto seguido esta figura desaparece. Con lo ocurrido Joseph decide acudir al vecino para sonsacarle esa información que no puede compartir con ellos, al cruzar el jardín, gira en la acera y recorriendo la distancia de diferencia entre las viviendas, llega a la puerta que golpea con insistencia sin encontrar respuesta en su interior. Su mujer comienza a llamarlo desde el porche pero Joseph solo se gira y se queda quieto en dirección a la calle aún dentro del porche del vecino, con lo que Jennefer decide acudir en su búsqueda, atraviesa la distancia y al cruzar el jardín del vecino encuentra a su marido inmóvil, no puede verlo con detalle por la incesante lluvia que cae, todo esto sobrecoge de gran manera a la mujer que lentamente se acerca a su marido mientras pronuncia su nombre con tono dubitativo. Cuando se encuentra frente a él..... escucha un ronquido, aliviada respira, pero enfadada por el susto le golpea en la nuca con la mano abierta y su marido le pregunta si le ha vuelto a pasar, esta afirma y se agarra a su brazo para volver a la vivienda. Justo al volver a entrar y afirmar que no saben muy bien lo que han avistado, comienzan a cenar cuando por unos minutos vuelve a marcharse la electricidad de la casa y vuelve sin explicación alguna. Con ello y terminada el momento de cena, se disponen a marcharse a dormir.
Durante la noche Jennefer se despierta ya que su sueño ha sido interrumpido por un ruido sordo pero continuo al otro lado del pasillo, justo en la habitación de su pequeña. Despierta a Joseph y ellos dos acuden para ver que pasa, descubren que la puerta no se abre y que lo que oyen son los gemidos de su hija. Comienzan a llamarla sin encontrar una respuesta clara, con lo que Joseph decide intentar tirar la puerta abajo, pero en el primer empujón la puerta se abre sola descubriendo a 3 figuras como la anterior descrita y pareciendo todas idénticas excepto por algunas pequeñas diferencias, y que se encuentran alrededor de su hija tapándola con una almohada asfixiándola, antes de poder hacer nada las figuras se desvanecen dejando a la chica libre para volver a respirar en una profunda bocanada de aire y un llanto de miedo ocupado por un abrazo de su madre. No se lo pueden explicar y después de una discusión por el nerviosismo del momento. Entonces es cuando vuelven a oír golpes en la puerta principal y una voz reconocida pidiéndoles que les abran de inmediato. Es el vecino que pregunta por lo que acaba de ocurrir y esto le provoca el que se ablande para que termine contando lo que sabe al respecto... Comienza presentándose, se llama Sebastian Rosenberg, un anciano jubilado que se mudó allí hace bastante tiempo ya que la zona le atrae sin remedio.

"Corría la segunda guerra mundial en sus últimos momentos, cerca de Berlín justo donde nos encontramos ahora se levantaba un orfanato. Los días transcurrían con penuria por la escasez de comida, el frio y el exceso de niños que allí se encontraban. Un día aparecieron unos hombres que afirmaban ser doctores, y
apartaron a 6 niños en unas salas del orfanato que habilitaron para ellos. Los días siguientes no puedo aclarar con exactitud lo que pasó, por las noches se les podía oír como gritaban de dolor. Los hombres les visitaban todos los días y con el paso del tiempo los gritos tornaron en gemidos y finalmente en algo parecido a susurros. En ese momento se anunció el final de la guerra y poco a poco nos fueron habilitando familias con las que poder vivir y nos olvidamos del asunto. Aunque yo no pude y al cabo del tiempo volví al lugar para encontrarme con la medalla que han encontrado y este diario que les explica todo lo que les estoy contando con detalles. Supongo que este diario pertenecía a uno de los doctores"

Sin muchos más detalles que pueda dar a la familia, se marcha por donde vino sin querer inmiscuirse más en el asunto. La familia decide dormir todos en la cama conyugal para así sentirse más seguros aunque los padres se muestran ajenos y tranquilos.
Una vez por la mañana temprano, desayunan y se disponen a realizar un poco de vida. Joseph acude al vecino para pedirle el teléfono y poder llamar a "asuntos sociales" y denunciar las carencias de la casa. Una telefonista les descuelga y comienza a contarle que el desván tiene una grieta y que los grifos fallan. Pregunta por los anteriores dueños de la vivienda y la funcionaria afirma que renunciaron a la vivienda al poco de entrar y que tuvieron que recogerla dejando sus pertenencias en el desván a la espera de que acudan a recogerlas. Cuelga y habla con el vecino sacando poca información de él.
Katherine decide quedarse en su cuarto despierta leyendo para intentar sacar su mente de aquel lugar que empieza a temer...
Jennefer por el contrario sale de la casa para hacer ejercicio por el barrio y así distraerse un poco de todo y cotillear un poco con la escusa. Al llegar decide darse una ducha, al preparar la bañera con bastante temperatura, justo como le gustan a ella, relajante. Comienza con el lavado del pelo frotando bien su cuero cabelludo con sus yemas provocando espuma con el champú. Entonces nota como algo aparta el pelo y al tocarlo con los dedos descubre que lo que parece una mano sale de su cabeza y la intenta agarrar, del susto se da la vuelta y descubre que una de las figuras se encuentra en la bañera con ella. Esta se abalanza sobre ella para comenzar a  sin darla una oportunidad se resiste pero es inútil. Katherine oye los gemidos y forcejeos de su madre entre canción y canción, acude deprisa, en ese momento Joseph entra por la puerta y Katherine llama desesperada. Joseph trata de echar la puerta abajo cuando esta se abre antes de golpearla y nuevamente la figura se desvanece.
asfixiarla
En los siguientes momentos deciden recoger todo y marcharse de allí lo más rápidamente posible. Recogen lo que pueden y bajan al piso inferior, pero al tratar de salir descubren que la casa se encuentra completamente cerrada y al mirar a su alrededor solo pueden ver como lentamente 6 figuras se acercan sin remedio hacia ellos. Primero es Joseph quien intenta acceder a la máscara de la chimenea para quemarla, pero en el proceso es asfixiado por los niños, la madre intenta acceder a la puerta de la cocina.
En las siguientes escenas se ve como la cámara se aleja de la casa escuchando los llantos de Katherine y los gemidos de su madre al ser estrangulada por otro de los niños. Pero esos gritos pronto se callarán al ser la pobre niña la siguiente víctima. También puede verse al vecino golpeando la puerta y al ver que no puede hacer nada por ellos, acude a toda prisa a su casa y finalmente la imagen se torna en negro con el sonido de una pistola al detonarse.
A continuación unos investigadores cuentan a los periodistas que Sebastian Rosenberg, un jubilado algo trastornado por su vivencia de la guerra en el orfanato, a axfisiado a la familia Weigel al completo y después se ha suicidado. Una vecina afirma el que parecía buena persona y que era imposible imaginarse ese comportamiento...

Pero... vosotros... sabéis la verdad, ¿verdad?.

Salud y rol

No hay comentarios:

Publicar un comentario