Sin embargo, creo que se le puede dar una vuelta de tuerca para mostrar más el horror personal y el descenso a la oscuridad. No lo confundamos con la Cordura (que tiene su propio sistema de base), que parece que cualquier juego de terror DEBE incluirlo entre sus reglas. Echo en falta algo más oscuro, no caer en un trastorno o una enfermedad mental, sino cómo la persona se va corrompiendo, cómo empieza a tener esas voces intrusivas que le piden al personaje que haga cosas que normalmente no haría... Pero sin caer en la locura total.
Pensad por ejemplo en películas de exorcismos en los que el demonio pone a prueba la fe del sacerdote, o esas pelis en las que todos los personajes tienen un pasado oscuro que eún les atormenta...
Cuando escribía estas líneas me he dado cuenta de que Xavier Ugalde (al que mando un saludo desde aquí), había hecho una mecánica algo similar en La Frecuencia Bauman, aunque su versión (Personajes Rotos), sigue quedando vinculada a la cordura, así que creo que se complementan más o menos bien. También, al ser una mecánica principalmente narrativa, es posible adaptarlo con algunos cambios a cualquier sistema, no solo el de Ratas.
Es una regla opcional que todavía no ha probado mesa, así que me gustaría que me dijeseis vuestras opiniones al respecto para poder corregir e ir actualizando.
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