17 de noviembre de 2013

Desafío de los 30 días: Día 11

Continuamos con el proyecto y, aunque algo estresante a estas alturas (empezamos más tarde y vamos casi a diario... y el pobre Koku tiene un examen mañana) seguimos con la parte de batallitas.

Día 11: El personaje favorito que has llevado

Kokuro:
La verdad es que tampoco he llevado tantos personajes, además la mayoría han sido para OneShots de jornadas o que empezaron la campaña y a los pocos días me comí el personaje y la campaña. Pero recuerdo 2 con bastante cariño.
El primero de ellos fue Taron, el primer personaje que me hice para D&D y mi primer personaje "de facto" (aunque me hice un personaje anterior de Aquelarre, este no llegó a ver la luz en ninguna partida). Se trataba de un mediano pícaro de 3.5 (sí, lo sé, "empezó con 3.5... a saber cuantas partidas llevaba yo ya" "mi primer personaje fue con la Caja Roja de Joc" etc etc etc) para el que pinté mi primera miniatura "como dios manda". Para representarle cogí un Pippin de la caja de La Comunidad del Anillo y le apliqué los colores tal cual, incluso me arriesgué a darle algunas luces. Y la miniatura aún está rondando en casa de mis padres.
Apenas llegó a nivel 3, pero recuerdo que me lo pasé genial con él.
Mi primer máster, un tal Carlos, era amigo del instituto de Enrique y Dani (los colegas con quienes empecé a jugar). Nada más empezar, en mitad de un bosque, nos cascó una Bestia Trémula que me quitó de un plumazo 33 puntos de vida. Y creo que sigo ostentando el récord del personaje más breve jamás jugado. Pero, por suerte, llegamos a una ciudad donde un clérigo enano le debía un favor al enano de Dani, así que me resucitaron a cambio de todas mir pertenencias. Y digo TODAS. Así que, nada más salir del templo, me arrestaron por escándalo público por ir desnudo. El caso es que acabé en el cepo del mercado. Pero eso fue sólo el principio. Tras eso una semiorca pescadera se enamoró de mí, surcamos el mar, participamos en un asedio... y terminó el verano y la partida se quedó estancada.
El segundo es de sobra conocido para los que han seguido Aker desde sus inicios. Efectivamente, se trata de Íñigo Márquez, un juglar de origen aragonés, huérfano de padres y con un miedo atroz a los caballos. Autor del verdadero Aker Codicem que guardo con mucho celo entre mis pertenencias roleras.
Ha sido el personaje que más tiempo he llevado, viviendo a lo largo de más de un año de partidas todo un periplo en compañía de Xosé del Sella y Sancho de Rascantria para llegar hasta Barcelona para la boda de la hermana de Xosé.
Por el camino nos enfrentamos a Dips, a brujas, a zombis, y hasta a nosotros mismos por culpa de un hechizo.
Tampoco conservo la ficha de Íñigo (y puede que sea lo que más me reconcome por dentro), ya que las guardó nuestro máster. Pero recuerdo que, en combate, llegó a ser más letal con su pareja de dagas que Xosé, un caballero con armadura completa y espadón.
Le llegué a coger tanto cariño al personaje que cuando "murió" (sí, entre comillas, algún día terminaré de transcribir el Aker Codicem y contaré su verdadero final) corriendo tuve que llamar a Pancho, casi en estado de shock porque no podía creerme lo que le había pasado... después de tanto tiempo de aventura y tras identificarme tanto con él, su "muerte" ha sido la que más me ha dolido de entre todos mis personajes. No en vano, es Íñigo quien tiene el honor de ser el verdadero autor de este blog.

Panchodik:
Quizás yo tampoco pueda decantarme por tan solo uno, por lo que explicaré cuales son mis 2 personajes más míticos.
En primer lugar y aunque vivió una vida muy corta en mis manos, Zesgar a cobrado un gran protagonismo en mi vida rolera. Todo empezó en un oneshot que me dirigió Kokuro de las "Aventuras en la Marca del Este". En el que Zesgar (un ladrón bastante cabroncete) y un enano ¿Picapiedra le llamaban? (Zesgar nunca llegó a decir bien su nombre). Se iban a aventurar para conseguir un libro de hechizos que les reclamó un tipo un tanto extraño... Por lo que marcharon y al llegar a dicha cueva, se encontraron que estaba atestada de goblins. Y es aquí donde empezaron los problemas. El maldito Kokuro tenía un dado rojo con dragones (que aún conserva, como yo conservo el odio hacia dicho objeto), que siempre superaba mis tiradas y yo nunca las suyas... En definitiva, el pobre Zesgar murió a mano de unos pocos "mierderos" goblins, y el carisma es que aunque tuvo una corta vida, siempre estará en nuestros corazones. XD
Y bueno, mi segundo personaje al cual le tengo un estima tremendo, es a la gran Fedora de "La Mirada del Centinela". No sé si será porque soy informático, o porque despierta todo mi ingenio aunque no participe en la trama. Pero lo que si sé es que cada vez que la llevo, me lo paso genial. Y es que aunque este personaje no participe en la acción, yo entro mucho en la acción de manera remota haciendo de cualquier objeto al alcance, una ayuda para nuestro incansable "Centinela".

Salud y rol.

1 comentario:

  1. Mis personajes favoritos fueron un Bardo de D&D, una Hija del viento de Rune, Zares, un Minotauro de D&D, Eriar un explorador enano de Señor de los anillos, de los anteriores pjs no recuerdo el nombre, han pasado muchos años xd!

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